ENTREVISTA CON EL VAMPIRO (LA DESDICHA DE LA INMORTALIDAD)
Entrevista con el vampiro (Anne Rice, Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos,4 de octubre de 1941).
Este es uno de esos libros que estuve persiguiendo por mucho tiempo en físico, una vez lo hallé a medio camino, sin buscarlo y, lamentablemente, sin dinero, lo vi, me emocioné, pregunté el precio, y siendo un libro de segunda, era muy asequible, sin embargo, solo tenía para el pasaje y con tristeza tuve que dejarlo. Finalmente, con el tiempo, me resigné a leer en digital. No, no me entiendan mal, no me molesta leer en digital, mis ojos son los que me reclaman.
Este es uno de esos libros que estuve persiguiendo por mucho tiempo en físico, una vez lo hallé a medio camino, sin buscarlo y, lamentablemente, sin dinero, lo vi, me emocioné, pregunté el precio, y siendo un libro de segunda, era muy asequible, sin embargo, solo tenía para el pasaje y con tristeza tuve que dejarlo. Finalmente, con el tiempo, me resigné a leer en digital. No, no me entiendan mal, no me molesta leer en digital, mis ojos son los que me reclaman.
Lo leí hace años y ahora lo volví a leer para refrescar la memoria y también busqué la película y la vi una vez más. Y este es uno de esos raros casos en los que la película me gusta tanto como el libro, no influye el hecho de que Pitt, Cruise y Banderas sean los vampiros principales. No, para nada, bueno, quizás un poquito.
El tema de los vampiros se ha convertido en una fuente inagotable de creación literaria, fílmica, teatral, etc. Creo que es uno de esos temas casi universales en el arte. Personalmente me ha llamado la atención desde mi niñez, no necesariamente por el tema de la inmortalidad o la juventud eterna, anhelos que desde tiempos inmemoriales acompañan al ser humano, no exento de desdicha y lección moral, generalmente los personajes que de una manera u otra alcanzan este sueño deben pagar un precio muy alto por él.
Los vampiros siempre me han parecido personajes desdichados. Entre todos los monstruos, uno de los más desdichados. En mi niñez los más populares aparte de los vampiros eran el hombre lobo,las momias, los zombis y las criaturas del pantano, e iban cobrando relevancia las criaturas de otros mundos. Pensaba: el hombre lobo se transforma, asesina, destruye, pero no es consciente de ello mientras es un monstruo, al volver a su naturaleza humana sufre, pero tiene la justificación de que no siendo humano al obrar mal, tampoco es responsable de sus actos. Los zombis, siempre han sido criaturas sin conciencia ni inteligencia, las momias, bueno, iban por el mismo camino, pero los vampiros debían tomar decisiones conscientes y, si tenían algo de conciencia moral, debían estar sujetos a los sentimientos de dolor y arrepentimiento más profundos, pero... también matar, para un vampiro, es cuestión de supervivencia.
Entrevista con el vampiro nos presenta a cuatro tipos de vampiros, Lestat, el que disfruta de su naturaleza de vampiro y asesinar no solo por supervivencia. Armand,el apático, cansado ya de la inmortalidad, a quien asesinar ya no le causa sentimiento, es parte de su naturaleza y claro, está Louis, que de algún modo es el "vampiro con conciencia" para quien matar es cuestión de supervivencia pero también es una tragedia, y por último, no por ello menos importante, está Claudia, la niña-mujer, atrapada por siempre en un cuerpo de niña.
En esta novela, Anne Rice, utiliza a estos trágicos personajes para analizar y graficar a los seres humanos y su relación con la vida, simplemente con el hecho de vivir. Una tragedia común a estos personajes, es la soledad, quizás de todos, el más honesto en aceptar su soledad y sufrimiento es Luis, mientras que los demás lo disfrazan con ironía, crueldad, rebeldía, apatía, pero todos están muriendo lentamente en su soledad, una muerte que jamás terminará de llegar como un alivio para ese sentimiento que los va carcomiendo poco a poco hasta dejar solo un cascajo, bello por fuera, vacío por dentro. Muchos, como estos vampiros, vamos por la vida hermosos, resplandecientes, elegantes, "felices", publicando selfi tras selfi nuestra vida perfecta y por dentro solo hay vacío, soledad. De todos quien alcanza cierta paz porque reconoce y acepta ese vacío es Louis, los demás continúan con su mascarada eterna, hasta que, paradójicamente para los inmortales, la muerte los libere de ese sentimiento de siglos.
Hay escenas que, a mí en particular, me impactaron, recalco eso de "a mí" porque cada lector tiene una experiencia personal con la obra que lee. No necesariamente lo que me llama la atención positiva o negativamente, lo hará con otro lector. Una es la transformación de Louis, porque cuando Lestat lo halla, él deseaba morir, consideraba la muerte como una salida a su depresión, al vacío, la soledad, la culpa que lo abrumaba desde la muerte de su hermano, sí, esa es una de las diferencias entre el libro y la película. Pero, Louis quería que la muerte llegara por mano ajena, incapaz de tomar su vida por mano propia, sin embargo al enfrentar la muerte como una posibilidad real al ser atacado por Lestat, él elige vivir, y convertirse en un "no vivo" "no muerto", estar ahora atrapado en una vida inmortal, le hace valorar, amar y admirar la vida mortal a la que él ha renunciado. Como la frase popular nos recuerda: No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Otra escena, la transformación de Claudia, despertó sentimientos encontrados en mí, una niña de cinco años convertida en vampiro, sin tener aún la capacidad de diferenciar entre el bien y el mal, convirtiéndose para ella en una necesidad natural el matar a otros para alimentarse, lo que podría dar la imagen de crueldad es candidez, inocencia, incluso un acto puro. Claudia y su posterior desdicha, crecer en pensamiento, en deseos y sentimientos, sin embargo, trágicamente atrapada para siempre en el cuerpo de una niña.
Louis, Lestat y Claudia conforma una "familia" de inmortales pero con problemas "mortales"; peleas, discrepancias, discusiones. A medida que "crece" Claudia en madurez, esta situación se vuelve cada vez más tensa, como ocurriría con una adolescente rebelde, que cuestiona a sus padres, en particular a Lestat. Claudia es mucho más arriesgada en la búsqueda de la realización de sus deseos, de sus planes, al punto de que es capaz de, no solo pensar, sino planear y ejecutar la muerte de Lestat, mientras que Louis no tiene otra opción que secundar sus acciones por el amor que tiene por ella. Un amor tan confuso y perturbador como el que siente por Lestat, a quien admiró en un principio al considerarlo una criatura superior, poderosa y, la decepción al descubrir que no lo es, al conocer en la convivencia diaria a una criatura incluso pusilánime, que se ampara en un conocimiento que dice tener pero que no está dispuesto a compartir. Esto nos suena, a lo largo del relato, como una triste estratagema para no perder el interés de Luis. Luego de la supuesta muerte de Lestat, Louis y Claudia viajan por diversos lugares hasta llegar finalmente a París, donde vamos a conocer otros vampiros como Armand, Santiago, Celeste. Luego de una serie de acontecimientos: la muerte de Claudia y Madeleine, una nueva vampiro, a manos de los vampiros del Théâtre des Vampires y la venganza de Louis, éste, acompañado de Armand, al final de un largo recorrido, retorna a Nueva Orleans.
Algunos fragmentos que expresan la tristeza de Louis, un vampiro que no puede dejar ni quiere dejar su corazón mortal: todas las cosas cambian excepto el vampiro; todo salvo el vampiro está sujeto a una corrupción y a una distorsión constantes, muy pronto, con esa mente inflexible, y a veces incluso con la mentes más flexible, esa inmortalidad se convierte en una condena penitenciaria, en un manicomio de formas y figuras que son desesperadamente ininteligibles y sin valor. Un atardecer, un vampiro se levanta y se da cuenta de lo que ha temido quizás durante décadas: que simplemente no quiere vivir más. Que cualquier estilo o moda o forma de existencia que le hiciera atractiva la inmortalidad ha desaparecido de la faz de la tierra. (Armand)
Tú te sientes obligado con un mundo que amas, porque ese mundo sigue intacto para ti. (Armand)
¡Nunca me he sentido a gusto en ninguna parte ni con nadie! (Louis)
No considero que nuestra vida sea un don y un poder. La veo como una maldición. No tengo el valor de morir. (Louis)
...estaba dispuesto a jugarme la vida con toda la poderosa libertad de un ser al que realmente esa vida, de un ser que tiene la fortaleza extraordinaria de estar dispuesto a morir. (Louis)
No puedo imaginar una soledad tan absoluta. Todo cambia pero el mundo del vampiro sigue inmutable en sus recuerdos, y con los siglos el mundo se vuelve algo extraño, algo ajeno. Me hace pensar en la amarga nostalgia de los ancianos que en su memoria siguen viviendo el mundo de su juventud, aunque haya estado lleno de adversidades, el tiempo termina suavizando las aristas y aparece a sus ojos siempre mejor que el presente.
Es por ello que, cuando Armand, vencido por esa soledad, la apatía y la desesperanza de siglos le dice a Louis Estoy agonizando, con su silencio, confirmamos que es una muerte no ya del cuerpo, sino del espíritu.
Un libro recomendable, no sólo para los que gustan del género, sino para todo lector. Un relato apasionante, una dolorosa reflexión sobre la soledad.
Hay escenas que, a mí en particular, me impactaron, recalco eso de "a mí" porque cada lector tiene una experiencia personal con la obra que lee. No necesariamente lo que me llama la atención positiva o negativamente, lo hará con otro lector. Una es la transformación de Louis, porque cuando Lestat lo halla, él deseaba morir, consideraba la muerte como una salida a su depresión, al vacío, la soledad, la culpa que lo abrumaba desde la muerte de su hermano, sí, esa es una de las diferencias entre el libro y la película. Pero, Louis quería que la muerte llegara por mano ajena, incapaz de tomar su vida por mano propia, sin embargo al enfrentar la muerte como una posibilidad real al ser atacado por Lestat, él elige vivir, y convertirse en un "no vivo" "no muerto", estar ahora atrapado en una vida inmortal, le hace valorar, amar y admirar la vida mortal a la que él ha renunciado. Como la frase popular nos recuerda: No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Otra escena, la transformación de Claudia, despertó sentimientos encontrados en mí, una niña de cinco años convertida en vampiro, sin tener aún la capacidad de diferenciar entre el bien y el mal, convirtiéndose para ella en una necesidad natural el matar a otros para alimentarse, lo que podría dar la imagen de crueldad es candidez, inocencia, incluso un acto puro. Claudia y su posterior desdicha, crecer en pensamiento, en deseos y sentimientos, sin embargo, trágicamente atrapada para siempre en el cuerpo de una niña.
Louis, Lestat y Claudia conforma una "familia" de inmortales pero con problemas "mortales"; peleas, discrepancias, discusiones. A medida que "crece" Claudia en madurez, esta situación se vuelve cada vez más tensa, como ocurriría con una adolescente rebelde, que cuestiona a sus padres, en particular a Lestat. Claudia es mucho más arriesgada en la búsqueda de la realización de sus deseos, de sus planes, al punto de que es capaz de, no solo pensar, sino planear y ejecutar la muerte de Lestat, mientras que Louis no tiene otra opción que secundar sus acciones por el amor que tiene por ella. Un amor tan confuso y perturbador como el que siente por Lestat, a quien admiró en un principio al considerarlo una criatura superior, poderosa y, la decepción al descubrir que no lo es, al conocer en la convivencia diaria a una criatura incluso pusilánime, que se ampara en un conocimiento que dice tener pero que no está dispuesto a compartir. Esto nos suena, a lo largo del relato, como una triste estratagema para no perder el interés de Luis. Luego de la supuesta muerte de Lestat, Louis y Claudia viajan por diversos lugares hasta llegar finalmente a París, donde vamos a conocer otros vampiros como Armand, Santiago, Celeste. Luego de una serie de acontecimientos: la muerte de Claudia y Madeleine, una nueva vampiro, a manos de los vampiros del Théâtre des Vampires y la venganza de Louis, éste, acompañado de Armand, al final de un largo recorrido, retorna a Nueva Orleans.
Algunos fragmentos que expresan la tristeza de Louis, un vampiro que no puede dejar ni quiere dejar su corazón mortal: todas las cosas cambian excepto el vampiro; todo salvo el vampiro está sujeto a una corrupción y a una distorsión constantes, muy pronto, con esa mente inflexible, y a veces incluso con la mentes más flexible, esa inmortalidad se convierte en una condena penitenciaria, en un manicomio de formas y figuras que son desesperadamente ininteligibles y sin valor. Un atardecer, un vampiro se levanta y se da cuenta de lo que ha temido quizás durante décadas: que simplemente no quiere vivir más. Que cualquier estilo o moda o forma de existencia que le hiciera atractiva la inmortalidad ha desaparecido de la faz de la tierra. (Armand)
Tú te sientes obligado con un mundo que amas, porque ese mundo sigue intacto para ti. (Armand)
¡Nunca me he sentido a gusto en ninguna parte ni con nadie! (Louis)
No considero que nuestra vida sea un don y un poder. La veo como una maldición. No tengo el valor de morir. (Louis)
...estaba dispuesto a jugarme la vida con toda la poderosa libertad de un ser al que realmente esa vida, de un ser que tiene la fortaleza extraordinaria de estar dispuesto a morir. (Louis)
No puedo imaginar una soledad tan absoluta. Todo cambia pero el mundo del vampiro sigue inmutable en sus recuerdos, y con los siglos el mundo se vuelve algo extraño, algo ajeno. Me hace pensar en la amarga nostalgia de los ancianos que en su memoria siguen viviendo el mundo de su juventud, aunque haya estado lleno de adversidades, el tiempo termina suavizando las aristas y aparece a sus ojos siempre mejor que el presente.
Es por ello que, cuando Armand, vencido por esa soledad, la apatía y la desesperanza de siglos le dice a Louis Estoy agonizando, con su silencio, confirmamos que es una muerte no ya del cuerpo, sino del espíritu.
Un libro recomendable, no sólo para los que gustan del género, sino para todo lector. Un relato apasionante, una dolorosa reflexión sobre la soledad.
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